Angiospermas


El término angiospermas significa "semilla encerrada". Un concepto que hace referencia al hecho de que las semillas se encuentran protegidas o encerradas por el fruto.

La otra característica fundamental de las angiospermas es la presencia de la flor como elemento formador y protector de los gametos. De ahí, que también reciban el nombre de plantas con flores.

Además, favorece la dispersión de los gametos masculinos por los colores y formas llamativas que presentan. La flor tras la fecundación se transforma en el fruto, mientras que el óvulo fecundado se convierte en la semilla. En definitiva, este grupo de plantas tienen protegidas a la semilla y al gameto femenino.

El desarrollo de estas estructuras y el perfeccionamiento de las ya existentes, ha convertido a las angiospermas en el grupo de vegetales más evolucionado y perfecto. Son más de 250.000 especies distribuidas por todos los hábitats posibles. Si bien la mayoría son terrestres, también hay especies acuáticas.

En cuanto a las formas de vida, tienden a ser libres, pero también hay formas parásitas, carnívoras y saprófitas.

Las angiospermas se clasifican en función del aparato vegetativo y el reproductor. El primero puede ser leñoso o herbáceo, mientras que en el segundo se analiza y compara la distribución de las flores y sus partes o piezas.

De esta forma, existen dos grandes grupos: monocotiledóneas y dicotiledóneas. Las monocotiledóneas más importantes son las gramíneas (trigo, arroz, maíz, cebada), las orquídeas, el tulipán, el cocotera, las palmeras y los lirios. Mientras que las dicotiledóneas más representativas son los girasoles, los rosales, la encina, el cactus, el roble y la amapola o los claveles.

Los nombres de cada uno de los grupos hacen mención a la primera gran diferencia entre ellas. El primer grupo presenta una hoja embrionaria (cotiledón) cuando el embrión está todavía encerrado en la semilla, mientras que el segundo grupo presenta dos hojas embrionarias. La función de estas hojas es llevar a cabo la fotosíntesis en las primeras etapas de la planta, tras la salida del embrión de la semilla y hasta que se formen las primeras hojas adultas.

Además de esta diferencia, existen más elementos que permiten una distinción entre estos dos grupos de plantas. Por ejemplo, las dicotiledóneas presentan un tallo ramificado con crecimiento en longitud y herbáceas. Sin embargo, las monocotiledóneas tienen un tallo poco ramificado que sólo crece en longitud, no en grosor. La mayoría son herbáceas aunque existe un grupo arbóreo (palmeras, cocoteros).

En el interior de estos tallos la distribución de los haces vasculares también difiere. Las monocotiledóneas presentan unos haces dispersos en el tallo, mientras que en las dicotiledóneas forman un cilindro.

Por otro lado, el sistema de raíces de las monocotiledóneas suele ser fasciculado. La raíz embrionaria desaparece y es sustituida por este grupo de raíces de igual tamaño entre sí. En las dicotiledóneas, la raíz embrionaria persiste como una raíz principal bien definida dentro del sistema axonomorfo que constituye.

También hay diferencias entre las hojas. Así, el grupo de las monocotiledóneas tiene unas hojas normalmente alargadas, de nerviación paralela y sin peciolo. En el otro grupo, las hojas de nerviación reticulada tienen peciolos y formas muy diversas.

Finalmente, la fórmula floral también constituye una de las diferencias más visibles dentro de las angiospermas. En las dicotiledóneas la flor tiende a ser pentámera o tetrámera. Es decir, cada una de las partes de la flor tiene cinco o cuatro piezas, o múltiplos de ellos. De esta forma, habrá flores con cinco pétalos, cinco sépalos, cinco estambres y cinco carpelos. En las monocotiledóneas, la flor es trímera, es decir, las partes florales se agrupan en tres piezas o múltiplos de tres.

+ Dicotiledóneas


Las dicotiledóneas constituyen un grupo muy amplio de plantas, se dividen en varios grupos, atendiendo a las características analizadas anteriormente.

La familia de la magnolia es uno de los grupos con caracteres más primitivos de todas las angiospermas. Se considera que las primeras plantas con flores de hace unos 100 millones de años eran muy parecidas a las especies de esta familia.

Son más de 200 especies de árboles y arbustos de hojas grandes, simples, caducas y pecioladas. Así, las hojas de la especie Magnolia grandiflora miden entre 12 y 25 cm de longitud. Un árbol que da unas flores solitarias de gran tamaño. Pueden alcanzar los 30 cm de diámetro.

Las especies de la familia de la magnolia se encuentran en zonas tan distantes como Brasil, Norteamérica o Nueva Guinea.

La familia lauraceae engloba aproximadamente a 2.500 especies. Representa un grupo de gran utilidad para el ser humano: frutos como el aguacate, plantas medicinales como el alcanforero (antiséptico y analéptico) y como condimento en el caso, por ejemplo, del laurel o la canela.

El laurel (Laurus nobilis) es un árbol de pequeño tamaño que no suele superar los 10 m de altura. En la Península Ibérica aparece principalmente en la zona del Mediterráneo y también en las Islas de Menorca y Mallorca.

La familia ranunculaceae son más de 1.500 especies, en su mayoría herbáceas de hojas alternas, presentes en regiones templadas y frías. Hay especies que se utilizan como plantas ornamentales en jardinería.

Otras son plantas tóxicas como el acónito. Éste tiene un veneno tan potente, que puede causar la muerte a una persona adulta.

La familia betulaceae agrupa a una serie de árboles y arbustos tan importantes como el aliso, el abedul o el avellano. De hoja sencilla y alterna, se caracterizan por presentar flores unisexuales. El fruto es una nuez.

El abedul es un árbol caducifolio de ribera de no más de 15 m de altura. Aparece en varios puntos de la Península Ibérica. Se utiliza para hacer papel de escribir, cestos y contrachapados.

El aliso también es un árbol de ribera. Al igual que el abedul, no está presente en las Baleares, pero sí en la Península. También se utiliza para la fabricación de contrachapados, aunque su uso fue mayor en el pasado. De hecho, se utilizaba para construcciones hidráulicas por la alta capacidad de soportar el agua y la humedad sin deteriorarse.

El avellano es un arbusto de una altura máxima de 6 m. La hoja es caduca y ancha. Es un organismo muy extendido que aparece desde el Sistema Ibérico hasta los Pirineos.

La familia fagaceae es una de las más importantes formadoras de bosques. De los alrededores de 1.000 especies, destacan los robles, encinas, hayas y castaños.

Son plantas leñosas con hoja alterna y caduca, flores unisexuales, pero tanto las masculinas como femeninas aparecen sobre la misma planta, es decir, son monoicas.

Las hayas son árboles de copa majestuosa. Esta característica y los colores rojizos en tonalidades distintas, hacen de estos ejemplares un árbol decorativo de muchos jardines. Los bosques de hayas reciben el nombre de hayedo. Son ante la vista verdaderos milagros de la naturaleza, como el hayedo el Montejo de la Sierra.

Los robles y las encinas pertenecen al género quercus. El roble albar (Quercus robur) es un árbol de magnífico porte. En ciertas ocasiones supera los 40 m de altura. Aparece en la Península hasta unos 1.000 m de altitud. La gran fuerza de su madera lo convirtieron en un elemento clave de la construcciones, en la antigüedad, de barcos y casas.

Existen otros tipos de robles, algunos de los cuales pueden confundirse con el anterior. Con muchas facilidad se pueden formar híbridos entre algunos de los robles.

Otro quercus importante es el Quercus Suber o alcornoque. Los bosques de alcornoques son los alcornocales, muy abundantes en Extremadura y Andalucía. Su corteza es utilizada por la industria de la fabricación de tapones de corcho. También la madera del alcornoque se utiliza en la construcción de utensilios y de pequeños barcos.

Finalmente, la encina constituye uno de los árboles más importantes de la Península. Las bellotas de estos árboles se destinan a la alimentación del ganado porcino.

La familia salicaceae presenta dos grandes géneros, salix (sauces) y populus (álamos y chopos). Son los típicos formadores de los bosques de ribera al necesitar de una humedad determinada para poder vivir. Si la humedad no es la suficiente, no se forman bosques, sino que quedan de forma aislada y mezclados con otras plantas.

Los chopos aparecen en todas las zonas de la Península e Islas. Es el responsable de cubrir las calles de las grandes ciudades de una especie de algodón cuando ocurre la dispersión de las semillas en primavera. Lógicamente, estos árboles se disponen de forma artificial en parques y jardines de estas ciudades por su rápido crecimiento.

La familia rosaceae es uno de los grupos más importantes desde un punto de vista biológico como económico. Las más de 3.000 especies se reparten entre plantas herbáceas (fresas), arbóreas (cerezo) y arbustivas (rosas).

El interés económico lo despiertan árboles frutales como el melocotonero, manzano, peral, albaricoquero, almendro y ciruelo. El rosal sería una planta ornamental.

Las flores son hermafroditas y las hojas pueden ser simples o compuestas.

El resto de familias engloba árboles, arbustos, plantas trepadores y herbáceas. Son la planta del guisante, el trébol, el perejil, la zanahoria, el apio, el tabaco, el tomate y la patata, el tomillo, la lechuga, la achicoria, etc.


+ Monocotiledóneas


El grupo de las monocotiledóneas presenta un número muy reducido de familias. Sin embargo, la familia gramineae es una de las más importantes del reino Vegetal. Engloba a 9.000 especies aproximadamente. Constituyen el elemento base de la alimentación de todos los animales, incluido el ser humano.

Son plantas herbáceas anuales, que se caracterizan por tener un tallo tipo "caña", es decir, hueco por dentro excepto en los nudos. La inflorescencia tiende a ser una espiguilla. Entre las gramíneas aparecen el trigo, la cebada, el mijo, la remolacha, el arroz o la caña de azúcar.

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